Discurso Inaugural - Prensa Latina

Discurso inaugural de la Primera Reunión Internacional de Agencias Informativas convocada por PRENSA LATINA

Jorge R. Masetti
Director Gral. de Prensa Latina

Enero 12/60


Señores:
      
Desde que comenzamos a recibir vuestros mensajes, comunicándonos que concurrirían a esta reunión, experimentamos la sensación de que ya estaban con nosotros, de que ya éramos amigos y ya nos encontrábamos trabajando juntos, por el más amplio conocimiento de los pueblos. Todos los países aquí representados por medio de sus periodistas, han sufrido como nosotros el no poder hacer escuchar su voz, cuando era más necesario que fuese oída, y verla reemplazada por la calumnia organizada y dirigida, que formaba con la frialdad del crimen perfecto, la opinión de millones de personas que hubiesen podido ser nuestros amigos.

Latinoamérica, con su población de alrededor de 150 millones de habitantes, jamás tuvo un instrumento para hacerse conocer, pero sí contó con el ensañado bombardeo diario, de cada hora, de cada minuto, de las noticias falsas difundidas por los trusts norteamericanos, tendientes a hacerles creer que ninguna solución que no viniese de los Estados Unidos era la adecuada, que cualquier intento de justicia social era un crimen y que la mera idea de soberanía constituía un absurdo.

Generaciones enteras de latinoamericanos vivieron en el engaño, con sus pensamientos dirigidos y su opinión esclavizada.

Así veíamos a nuestras juventudes amando a quienes la propaganda hacía amables y odiando a quienes las agencias cablegráficas convertían en odiosos de acuerdo a los ciclos de la propaganda yanqui ajustados a sus conveniencias. Así los soviéticos eran inhumanos y su revolución condenada al fracaso antes de la última guerra, para trocarse en heroicos guerreros y excelentes aliados durante el conflicto y volver a ser luego, de la guerra en que el pueblo ruso derramó su sangre en torrentes de coraje, otra vez fieras peligrosas de cuya amistad sólo puede esperarse traición.

Así se olvida el pueblo yugoslavo hasta el punto que durante semanas no se transmite un solo cable sobre su vida. Así no tenemos idea de la inmensa y heroica lucha de los indonesios por consolidar la conquista de su soberanía política y su independencia económica.

El espectacular avance de la revolución popular china es tratado de ocultar con decenas de cuartillas en las que se inventan agresiones, persecuciones y cuanta calumnia pueda ocurrírsele al mentiroso de turno, presentado en cambio por obra y gracia del papel y la tinta, otra China inexistente y mostrando a un traidor a su pueblo y a su raza, como dirigente de ese otro país al que se tiene el descaro de presentar como potencia aún en las Naciones Unidas.

La permanente vigilancia del pueblo japonés para no ser nueva víctima de una aventura guerrera y para que nadie experimente los inenarrables horrores de Hiroshima y Nagasaki, es cuidadosamente eludida de todos los cables

Todos los intentos de Checoslovaquia por prestar su fraterna ayuda a los países latinoamericanos, son calificados de “infiltración”, y los maravillosos productos de su industria y las concepciones de su arte y ciencia, desprestigiados con ruines calificativos de intención política.

Bulgaria es para los latinoamericanos, por voluntad de las agencias yanquis, un país de misterio, en donde nadie hace nada más que padecer. Polonia es mostrada abatida y sojuzgada, ignorándose o tergiversándose el trabajo productivo y el nivel de vida de su pueblo dentro de la democracia.

Y así por el estilo. Todos los días se suceden o la calumnia o el silencio, tratando de mantener alejados a los pueblos hermanos que quieren hablarse, que desean conocerse, que ansían ayudarse a resolver sus mutuos problemas, deleitarse con el intercambio de sus artistas y reír juntos en la unión franca de sus jóvenes, protegidos para siempre del fantasma de la guerra y las agresiones de todo tipo.

La revolución cubana últimamente es la víctima en que más se han ensañado los trusts informativos. El ejemplo del pueblo cubano, conquistando su libertad con las armas, y construyendo su independencia económica, poniendo a salvo su soberanía y orgullo nacional, es un peligro para los enemigos de todo cuanto constituye autodeterminación popular.

El imperialismo no puede soportar que uno de los países más pequeños de América, se haya rebelado sin recibir el castigo que a través de decenas de años ha aplicado a cuanto intento de liberación hubo en Latinoamérica. Y por eso, mientras maquina todo el tipo de agresiones físicas y económicas, mientras engorda traidores para que vayan a bombardear a sus propios hermanos, las agencias a su servicio están creando el clima propicio para consumar el golpe final.

El tema permanente de las agencias noticiosas norteamericanas, es “el desastre cubano”. Los líderes populares son calumniados y escarnecidos con el descaro más impune y todo el pueblo de Cuba, que ve concretarse sus anhelos a través de la Reforma Agraria, vértebra de la transformación económica del país, calificado de chusma.

Los traidores son exaltados; los castigados por sus crímenes, elevados al martirologio; y los latifundistas y los ladrones calificados de víctimas.

Por supuesto que ni una línea de sus venenosos despachos habla de que en Cuba la tierra ya es de quien la trabaja, de que los alquileres han sido rebajados a la mitad, de que las exorbitantes y abusivas tarifas que aplicaban al pueblo las compañías norteamericanas de teléfonos y electricidad han sido reducidas, de que en doce meses se han construido un promedio de más de mil escuelas por mes, de que pese a la conmoción que implica la renovación de todos los sistemas económicos del país, la producción ha ido en aumento. Por supuesto de que no han hablado de que las fortalezas y cuarteles han sido convertidos en ciudades escolares, las playas privadas entregadas al pueblo. Y el ejército, tradicional instrumento de opresión totalmente desmovilizado, para entregar las armas al pueblo mismo. Ninguna agencia norteamericana dijo tampoco al mundo que en Cuba se han construido en menos de un año más de 10 mil viviendas baratas y que los soldados rebeldes han surcado los lugares más inaccesibles de la isla, con decenas y decenas de kilómetros de carretera; de que en  Cuba, otrora paraíso de tahúres, se ha erradicado el vicio del juego por completo y que hasta los más enconados enemigos del gobierno revolucionario reconocen que es el más honrado que ha conocido Latinoamérica en toda su historia. Tampoco dicen que se han recuperado para el pueblo de 300 a 400 millones de dólares, antiguas fortunas de politiqueros, latifundistas y ladrones, que están siendo invertidos íntegramente en la Reforma Agraria y Obras Públicas. No han vacilado en mostrar a esta pequeña isla de seis millones de habitantes dedicados a reconstruir su patria, como agresora y peligro permanente para la paz, sabiendo que la revolución cubana carece de las armas que le hacen falta para las necesidades de su Ejército Rebelde y que impunemente aviones que decolaron en los Estados Unidos bombardearon varias regiones del país e incluso el centro de la capital, por no contar la Fuerza Aérea Revolucionaria con las máquinas indispensables para la defensa de la nación.

Todas las calumnias, todas las mentiras, las más monstruosas deformaciones, han sido puestas en práctica para ahogar el ejemplo cubano, y hacer fracasar su Revolución.

Como ven, señores, todos nuestros pueblos han sufrido o están sufriendo el ataque innoble de quienes pueden atacarnos, porque tienen el monopolio de la formación de la opinión pública, en gran parte del mundo.

Pero creemos que ha llegado el momento de quebrar ese monopolio y ventilar el mundo de tanta calumnia y falsedad.

Nosotros, por nuestra parte, y como nuestra contribución a este propósito hemos creado PRENSA LATINA.

Al producirse el triunfo de la Revolución Cubana, nos reunimos en La Habana centenares de periodistas latinoamericanos.

Muchos, la gran mayoría, no salían de su asombro al comprobar cual era la realidad del pueblo de Cuba y la felicidad que experimentaba, en contraposición con la situación que pintaban las agencias norteamericanas.

El comentario unánime, recaía siempre en la necesidad de terminar de una vez con el trust informativo, fundando una agencia latinoamericana de noticias. Era un viejo sueño que nunca llegaba a concretarse firmemente, en primer término por el fantasma creado por las mismas agencias norteamericanas y sus voceros, de que una agencia de esa naturaleza sería un fracaso periodístico y económico.

No obstante, la revolución cubana demostraba que todo puede lograrse con razón, con capacidad y con audacia, y un grupo nos dedicamos a fundar la agencia, cuya sede central debía ser La Habana, dado que era la capital que mayores garantías nos ofrecía. No ignorábamos la lucha que íbamos a librar ni el poder de quienes íbamos a tratar de desalojar. Preveíamos toda clase de presiones y por sobre todo, la resistencia que nuestros servicios iban a encontrar en la mayoría de los grandes diarios del continente, clientes y amigos desde décadas atrás, de las agencias con que competiríamos.

Pero tuvimos fe en que si nuestra información era veraz, objetiva y mejor que la de la competencia, al fin íbamos a lograr imponernos. Es claro que descontábamos una pelea dura y larga y nos preocupaba en especial el lograr los medios técnicos adecuados para hacer llegar nuestras noticias.

Al principio nadie, ni las agencias competidoras se preocuparon por nuestra PRENSA LATINA. Pero a los pocos meses de funcionamiento, ya habíamos logrado un prestigio que ni la ola de calumnias que se descargó contra nosotros ni las más arteras tretas de la competencia por descalificarnos, pudieron hacer mella. PRENSA LATINA comenzó a entregar sus despachos el 16 de junio del año anterior. En este momento, siete meses después, cuenta con 20 oficinas y corresponsalías en: Cuba, México, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, San Salvador, Panamá, Costa Rica, Puerto Rico, Jamaica, Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y Bolivia, desde donde se distribuye información a 52 diarios, 26 radios y 6 televisoras.

Contamos con teletipos directos a Buenos Aires, Santiago de Chile y quizás dentro de horas con Río de Janeiro en Suramérica y con Nueva York y Washington, todos los cuales permanecen en contacto por lo menos veinte horas diarias. Asimismo cubrimos los países en donde aún no tenemos teletipos, con emisiones por sistema Morse durante 18 horas al día.

Los circuitos de teletipo son alquilados, pero ya se están instalando varios transmisores propios de manera que en pocos meses podremos unir por radio-teletipo a todas las sucursales de PRENSA LATINA por nuestros medios.

Para los países de Europa, Asia y África, efectuamos transmisiones nocturnas en castellano y en inglés por sistema Morse.

Con respecto a Europa queremos señalar que PRENSA LATINA tiene el propósito de establecer en los meses venideros, dos sucursales en el viejo mundo, -cada una de ellas en París y Roma, respectivamente-.

Si solucionamos nuestros problemas de comunicaciones, esperamos poder comenzar nuestras actividades en Europa, cubriendo la histórica conferencia que se realizará en el mes de mayo, con un circuito de radio-teletipo entre París y La Habana.

Actualmente nuestro servicio regular está compuesto por unas 30 mil palabras diarias, y distribuimos un promedio de 120 fotografías mensuales.

En adelante, cubierta Europa Occidental por nuestras sucursales en Italia y Francia, y contando con mayor información de todas las regiones del mundo, elevaremos nuestra producción hasta un promedio diario de 40 mil palabras.

Eso, prestando siempre esencial y más amplia atención a los problemas de esta parte del continente americano, para cuyo servicio hemos surgido.

La circunstancia de que nuestro personal sea latinoamericano y en general actúa en su mismo país, nos ha proporcionado en estos primeros meses una gran ventaja sobre la competencia, que por lo regular mantiene en Latinoamérica corresponsales que ni siquiera hablan la lengua del lugar en que desarrollan sus actividades.

Hasta hace algunas semanas, entregábamos solamente a nuestros clientes servicio latinoamericano, pero las emisiones en intercambio de las agencias Cheteka, TASS, A.D.N., Tanjug, y Hsinhua, nos han permitido ampliar nuestras informaciones y proporcionar material de todo el mundo.

Ese era uno de los graves inconvenientes con que tropezábamos en nuestra expansión, dado que el hecho de proporcionar solamente noticias del continente, obligaba a los diarios a mantener los servicios de otra agencia que cubriese el mundo entero. Ahora, y aunque el intercambio aún no es lo abundante y eficaz que sería necesario, contamos con una cantidad apreciable de noticias de otros continentes.

Resulta reconfortante para nosotros, que tanto hemos padecido las distorsiones de los trusts informativos, poder proporcionar noticias veraces, recibidas directamente de su fuente. Había diarios que hacía meses que no publicaban una sola noticia de Yugoslavia o de la RAU, o de la China, sencillamente porque no la recibían. Ahora las publican y las destacan.

Una de las acusaciones que más se esgrimen contra nosotros, es la de que constituimos una agencia de propaganda.

Nosotros no hacemos propaganda. El calificativo está terminantemente prohibido a nuestros redactores y las informaciones no son para nosotros, nada más ni nada menos que eso: informaciones.

Es claro que el dar a conocer cierto tipo de noticias que la competencia antes mantenía celosamente ocultas, el informar de la lucha de los trabajadores en los distintos países de Latinoamérica, el seguir paso a paso las huelgas contra las empresas imperialistas de Centroamérica, que antes no trascendían el ámbito cerrado  del país o hasta de la provincia en que se producían es para los servicios noticiosos norteamericanos, hacer propaganda.

Difundir la foto de varios policías o militares golpeando a un estudiante, también es hacer propaganda. Seguir día a días las acciones de los guerrilleros que se alzan en América contra los gobiernos dictatoriales, también es para ellos hacer propaganda.

Todo lo que signifique destapar lo que ellos mantienen tapado, es peligrosa propaganda.

Pero si bien no concluirán los ataques, cada vez se hacen menos efectivos.

Nuestra organización se ha consolidado en el ámbito latinoamericano. Es querida y respetada por nuestros pueblos y de todos los países recibimos constantemente solidaridad y apoyo.

Ya estamos informando a los pueblos latinoamericanos de sus problemas comunes. Ahora queremos informar a todos los pueblos del mundo y que de todos los pueblos del mundo nos lleguen noticias veraces destinadas a informar y no a deformar. A crear un ambiente de solidaridad y fraternidad entre todos los países que están empeñados en lograr una felicidad común, y no a sembrar el odio y la desconfianza permanentes. Latinoamérica ansía conocer realmente al mundo y quiere que el mundo la conozca. Porque intuye que los problemas son los mismos, idénticas las dificultades y por lo tanto también comunes las soluciones. Los latinoamericanos queremos conocer ampliamente a los países socialistas, nos interesa la lucha del pueblo indonesio, saber que rumbo está dando a su vida el Japón. Y a través de sus voces, conocer a toda Europa, a toda África, a toda Asia, a todo el mundo. Queremos saber quién sufre, para tratar de aliviarlo, y quién ríe, para gozar con su alegría, quién es sojuzgado para ayudarle a liberarse, y quién sojuzga para combatirlo con todas nuestras fuerzas.

Es indudable que para garantizar un intercambio efectivo, tendremos que realizar algunos de nosotros, enormes esfuerzos técnicos.

Pero los mismos serán ampliamente compensados por el volumen y la variedad que adquirirán nuestros respectivos servicios y por sobre todo la garantía de que las noticias que llegarán por las agencias unidas en esta conferencia, serán veraces y no responderán a intereses mezquinos y antipopulares.

La benévola acogida que nuestra iniciativa ha encontrado en cada uno de ustedes, ha reforzado nuestra tesis de que es realmente necesaria esta unión, la coordinación de todos nuestros esfuerzos. Muchas de las agencias aquí representadas, sino todas, efectúan transmisiones dedicadas a Latinoamérica que son recogidas por varios diarios de idéntica tendencia. Pero ocurre que una misma noticia llega a través de las distintas agencias, perdiéndose tiempo y dinero en un esfuerzo innecesario. Por otra parte, la mayoría de los diarios y radios no escuchan esas transmisiones, o por falta de tiempo o por falta de interés, ya que caen en el viejo prejuicio de que la noticia que llega por otra vía que no sea la de la agencia que tiene contratada, es dudosa y cargada de propaganda.

No debemos perder nunca de vista que quienes más necesitan de nuestras noticias, son los millones de lectores de los grandes diarios y los oyentes de las principales emisoras, ninguno de los cuales capta actualmente las emisiones que se hacen al aire, sino que publican rigurosamente lo que sus agencias les proporcionan.

Debemos llegar a todos los públicos, y por lo tanto emplear el sistema más adecuado y eficaz.

Todos los que estamos aquí presentes, sabemos qué queremos. Los invito ahora a iniciar nuestras conversaciones, para establecer cómo lo realizaremos, de qué manera resolveremos los problemas que se plantearán y cuál será la ayuda que mutuamente nos  podremos prestar, para cristalizar la idea que nos ha reunido y que tan generoso eco ha encontrado en ustedes, a los que agradecemos profundamente su concurrencia a ésta que desde hoy es vuestra casa.

Muchas gracias.